- Dos buhos en extinción han utilizado un olmo del CEIP Nuestra Señora de Loreto para descansar y dormir durante el verano.
Durante las últimas semanas de agosto y principios de septiembre una pareja de búhos chicos han disfrutado de las instalaciones del CEIP Nuestra Señora de Loreto de nuestra localidad. Dos ejemplares, probablemente en dispersión, que han disfrutado del patio de recreo y han utilizado el olmo del colegio para descansar y dormir durante un tiempo.
El búho chico es un rapaz nocturna de tamaño mediano, que pertenece a la familia de los estrígidos, al género Asio y cuyo nombre en latín es Asio otus. Su aspecto es estilizado y elegante, con plumaje de tonos ocres y pardo-rojizos, siendo muy característica su cabeza rematada con "orejas", que no son tal, sino mechones de plumas; y su equis blanca entre pico y ojos, los cuales son de un color anaranjado y brillante que hace que tenga una mirada penetrante dificil de olvidar. Cuando alza el vuelo, tranquilo y silencioso gracias a su plumaje adaptado a no hacer ruido, descubrimos unas alas largas y estrechas adaptadas a la caza, basada en micromamíferos (topillos, ratonos de campo...), pajarillos, grandes insectos, pequeños anfibios y reptiles.
En los últimos censos se habla de apenas 3.300 parejas en la Península Ibérica y Canarias y nuestro colegio ha tenido la suerte de disfrutar de una de ellas, utilizando un patio aparentemente vacío y tranquilo, pero que, como hemos comprobado, siempre está lleno de vida y de agradables sorpresas. Un patio de nuestro colegio en el que los niños y niñas tienen el privilegio de disfrutar no sólo de estos búhos chicos, sino también de multitud de animales y plantas que en el medio urbano no son posibles de observar. Águilas calzadas y culebreras, milanos negros y reales, cigüeñas, cernícalos, elanios, ratoneros, abejarucos, golondrinas, aviones, garcilla y garcetas, lechuzas, mochuelos, autillos, grullas, aguiluchos... tejones, zorros, nutrias, conejos.... serpientes de escalera, bastardas, ranas de varias especies, sapos... Invertebrados de mil tipos y colores... Flora muy diversa basada en un ecosistema de dehesa, en la que la encina es la reina. La vida en todo su esplendor. Eso es lo que disfrutan los niños de la Comcarca de Los Pedroches. ¡Menudo privilegio!
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