- El actor malagueño se mostró cercano al público y se describió como un apasionado del cine y de su trabajo.
La decimoquinta edición de la Muestra de Cine Rural de nuestra localidad cerró su jornada de ayer con la proyección de la película "El Bar" y con un encuentro-coloquio que tuvo como protagonista a Jaime Ordoñez, uno de los actores de la misma.
En este encuentro Ordoñez reconoció que "Álex de la Iglesia lleva al límite a los personajes por eso las interpretaciones siempre están fuera de la zona de confort" aunque es algo que no le preocupa porque se describe como un actor obsesivo y muy meticuloso. Además se muestra contento "porque este personaje ha sido un regalo y había que dejarse la piel"
En el largometraje, el de Málaga, se convierte en Israel, un personaje "que desarrolla una locura de principio a fin y que disfruta del caos en una anarquía absoluta". Una gran apuesta interpretativa en la que reconoció que lo más duro fue la transformación física del personaje, dos meses duros en los que Ordoñez tuvo que adelgazar 15 kilos dedicando casi cuatro horas de gimnasio diario.
El actor desveló que esta película "se gestó en un restaurante por la inquietud que generó la situación del ébola" y que "es una película para sentir, ya que al cine uno va a evadirse, a dejarse llevar por la película", además añadió que "el cine nos hace inmortales" haciendo alusión a grandes actores que aunque ya no están físicamente, siempre se puede recurrir a ellos en la gran pantalla".
"Soy un corredor de fondo, no soy una persona que ha llegado a la profesión y le dan un papel protagonista. No me han regalado nada, no soy alto, no soy guapo... pero tengo la obligación moral de dar lo mejor de mi mismo, hacer mi trabajo lo mejor posible" relató Ordoñez con gran pasión mientras recogía los aplausos de un público que casi llenaba la sala y que se había ganado a pulso por la sinceridad de sus palabras.
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